Lo que relataré a continuación está totalmente basado en mis recuerdos de lo que experimenté en un grupo que se reunía en instalaciones identificadas con el logotipo de Alcohólicos Anónimos y al cual asistí de manera totalmente voluntaria. Aclaro que no pretendo asegurar que todos los grupos de Alcohólicos Anónimos, o similares, se conduzcan de la misma forma. Y que debido al tiempo transcurrido y a la poca fiabilidad de mi memoria, así como de mi estado mental en ese momento; muchas situaciones posiblemente han sufrido alguna distorsión involuntaria de mi parte. No escribo esto con otra intención más allá de su malsano (pero respetable) entretenimiento basado en la morbosa afición, que compartimos, de hurgar en las vivencias de alguien más.
Aceptémoslo, los tatuajes han muerto.
¿Qué les pasó a los tatuajes? No sé si soy yo que cambié o al igual que los héroes, las ilusiones y sueños de la infancia; los tatuajes perdieron su magia, identidad y esencia.
Un día fui a Alimentaria Barcelona 2018.
¿Y qué demonios es Alimentaria Barcelona? Pues ni más ni menos que la expo que se jacta de ser la más grande de todo el arco mediterráneo dedicada a la industria alimentaria y de bebidas, lo que la convierte en una de las más importantes de Europa y del mundo. Nunca me han gustado esas generalizaciones, se me hacen inexactas y pretenciosas. Pero más allá de mi opinión y mis delicadezas, este evento es monstruoso.